Blog de critica

jueves, noviembre 03, 2011

Mi perro Scobby

Yo era mucho más feliz saliendo a corretear con mi perro Scobby, que agendar una comida de carnes en Green Bistro, Puerto Madero, Cambalache y no se que tantas madres. Le regañaba y como si entendiese, ante una una voz firme y fuerte, agachaba las orejas y miraba al piso, de vez en vez miraba de rabillo mi cara y movía la cola, quizá y con la idea de que eso suavizaría un poco las cosas.

Yo le enseña a pelear, a robar y si, a convertirse en todo un gandalla. En sus buenos tiempos había algunos otros canes de buen nivel con lo que puedo medirse y su grandeza trascendió de tal forma que erguido y orgulloso patrullaba su calle. A nadie le importa conservar y tener un perro feliz, de esos que se van 3 días y regresan como si nada, se quedan no uno, no dos, sino toda la vida, un perro libre que conoce y sabe su deber, en fin un perro franco y soberano....

Hace tanto tiempo

En realidad no recuerdo ni como escribir, que aportar?, nada... en fin, solo pase por aquí, por simple recuerdo, como cuando alguna vez entra la nostalgia de la primaria o secundaria, de los amigos que perdimos y de los que siguen y caminamos sin sentido y sin darnos cuenta, el destino no lleva a la calle donde vive aquélla persona a la que extrañamos o el lugar donde protagonizamos alguna reyerta, brega o romance.

Encuentro muy difícil crecer, quizá el mundo tiene razón y la vida es una perdida de tiempo, no para mi, sin embargo y muy a mi pesar, después de vivir 36 y estar justo a la mitad del camino, me pregunto si aún puedo cambiar algo?, a quien el importa?, si el mundo que conozco fue absorbido por una evolución social pujante y sin sentido.....

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