Yo era mucho más feliz saliendo a corretear con mi perro Scobby, que agendar una comida de carnes en Green Bistro, Puerto Madero, Cambalache y no se que tantas madres. Le regañaba y como si entendiese, ante una una voz firme y fuerte, agachaba las orejas y miraba al piso, de vez en vez miraba de rabillo mi cara y movía la cola, quizá y con la idea de que eso suavizaría un poco las cosas.
Yo le enseña a pelear, a robar y si, a convertirse en todo un gandalla. En sus buenos tiempos había algunos otros canes de buen nivel con lo que puedo medirse y su grandeza trascendió de tal forma que erguido y orgulloso patrullaba su calle. A nadie le importa conservar y tener un perro feliz, de esos que se van 3 días y regresan como si nada, se quedan no uno, no dos, sino toda la vida, un perro libre que conoce y sabe su deber, en fin un perro franco y soberano....
Blog de critica
jueves, noviembre 03, 2011
Mi perro Scobby
Publicadas por Virgilio Avila a la/s 3:22:00 p.m.
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
1 comentarios:
Si esos eran buenos tiempos... mi perro Canelo se iba 3 meses y siempre volvia... al final lo mataron por andar de caliente con una perra... así teminan esas cosas...
El muertos alegres
Publicar un comentario